Si bien los gases de efecto invernadero son un fenómeno natural, las actividades del hombre han incrementado de sobremanera su concentración por las emisiones que diariamente tienen sus actividades. La quema de combustibles fósiles, la industria ganadera y la deforestación son parte de los mayores responsables del aumento de la temperatura global y así, del cambio climático.
Desde hace millones de años que existen los gases de efecto invernadero (GEI), su origen es natural, pues están encargados de retener el calor proveniente de la energía del sol. Permitiendo las condiciones necesarias para tener vida en la Tierra, es decir, manteniendo nuestro planeta con una temperatura promedio de 15° C, sin los GEI, sería de -18°C.
¿Por qué aumenta la temperatura de la Tierra?
Si bien es natural que los GEI retengan el calor en la Tierra, el desproporcionado aumento de la concentración de estos gases, liberados por actividad humana, provoca que la atmósfera retenga más calor, elevando la temperatura del planeta y produciendo un cambio climático.
En la atmósfera existen distintos tipos de gases de efecto invernadero, los principales son el nitrógeno (N2O), oxígeno (O2), vapor de agua (H2O), el dióxido de carbono (CO2), el óxido nitroso (N2O), el metano (CH4) y el ozono (O3). Unos responsables del calentamiento global en mayor medida que otros.
¿Por qué aumentan estos gases de efecto invernadero?
Desde el inicio de la Revolución Industrial, el humano ha provocado diariamente el aumento de los GEI. La quema de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural) está presente en la forma que producimos energía y al transportarnos por aire, tierra y mar. Junto a la deforestación de bosques nativos y selvas, los científicos atribuyen la mayor parte de la concentración de CO2 a estas fuentes.
En suma, la destrucción de ecosistemas marinos, la explotación de la industria ganadera y la alta producción de residuos también implican el aumento de metano, óxido nitroso y ozono.
De esta manera, provocamos el calentamiento global y así, el derretimiento de los polos, aumento del nivel del mar, sequías, incendios forestales, tormentas, inundaciones, la extinción de especies de animales y la desoxigenación.
Es por esto que, para enfrentar este problema, se han impulsado muchas medidas hacia una vida más sustentable y sostenible. Entre ellas, el uso de energías limpias o renovables, la reducción y reciclaje de residuos; la disminución de emisiones de CO2; el cuidado y preservación de los océanos, bosques, selvas y animales; y las formas de alimentación bajas en carne de vacuno.
¿Cómo colabora VOLTA?
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